COCHES LEGENDARIOS: R8 GORDINI

Mucho antes que cierto Golf GTI, el R8 Gordini, este coche con su perfil de caja de zapatos y su color azul francés fue objeto de muchas cartas a Papá Noel.

Nada más salir al mercado el R8 «básico» en 1962, Renault confió el desarrollo del motor de su futuro deportivo al tuneador Amédée Gordini, apodado el «brujo» por su capacidad de trascender los motores más comunes.

El objetivo era crear un coche deportivo de bajo presupuesto, derivado directamente de un modelo de producción, para que el mayor número posible de aficionados a la conducción pudiera dar rienda suelta a su pasión sin perder todos sus ahorros.

De hecho, el pequeño motor básico de 958cc, sin tener un rendimiento asombroso, fue una excelente base para el trabajo de Amédée Gordini, ya que este motor era de última generación para su época, con un cigüeñal de 5 rodamientos y camisas húmedas desmontables. La cilindrada del motor se aumentó a 998 cc y su potencia a 94 CV desde los 78 CV.

Y en octubre de 1964 se presentó a la prensa el R8 Gordini 1100cc que alcanzaba los 170kmh con su librea azul y dos franjas blancas que iban desde el extremo delantero hasta el extremo trasero en el lado del conductor. Con su caja de cambios sincronizada de cuatro velocidades, hace el kilómetro en parado en 33 segundos y los 400 metros en 18 segundos. Pero con una excelente frenada garantizada por los 4 frenos de disco, un equipamiento raro para la época, detalla el concesionario Crestanevada Málaga.

El exterior es atractivo, pero el interior es un poco espartano. Pero el pequeño amante de los coches deportivos estará satisfecho con él porque todo lo esencial está presente: velocímetro graduado hasta 200kmh, cuentarrevoluciones electrónico, indicador de temperatura del agua y de combustible. Una característica especial de este coche «todo atrás» es que la posición de conducción se desplaza hacia la derecha porque los pedales no están alineados con el volante. Otro detalle, este sí bien pensado, es un asidero para el pasajero delantero. Aunque es un coche deportivo, sigue siendo versátil: puede llevar a cuatro adultos y su equipaje, el maletero es de 240dm3 delante y un pequeño espacio detrás del asiento trasero añade 50dm3 para el equipaje.

Heredero del 4CV y del Dauphine, el R8 cuenta con un motor trasero en voladizo que dicta el manejo. El R8 pesa apenas 800 kg, de los cuales 510 kg están en la parte trasera. El R8 es muy sobrevirador y tiene que tomar todas las curvas con derrape y aceleración. Sudores fríos garantizados, pero una excelente escuela de conducción.

Después de que se produjeran 26.000 coches, la bestia ganó aún más músculo en 1967 con una versión de 1.300 cc: un motor más potente, una caja de cambios de 5 velocidades, un nuevo volante y un nuevo salpicadero. La carrera de este mítico coche en las carreras no tuvo rival, sobre todo porque en 1965 se creó una copa R8 por iniciativa de la revista Moteurs. Esto fue una innovación para la época (los pilotos competían en un circuito en igualdad de condiciones con coches completamente idénticos).